
En el planeta Ania, hace miles de años, una de las especies humanas que habitaban ese mundo encontró, por casualidad, un portal que conectaba dos mundos. Aquel pueblo, que se llamaban a sí mismos Annakis, cruzó el portal y terminó estableciéndose en el nuevo mundo.
Ellos no lo sabían, pero acababan de establecer la primera conexión humana entre dos mundos paralelos.
Años después otro grupo de annakis cruzó el portal de nuevo, regresando a Ania. Ellos mostrarían, sin querer, el camino a otra especie de Ania, los brics, parte de los cuales también se establecieron en el nuevo planeta. Los annakis terminaron extinguiéndose en los dos mundos, aún nadie sabe cómo ni por qué, pero los brics terminaron construyendo una comunidad sólida que ha durado hasta nuestros días.
En el nuevo planeta, llamado Gaia, la comunidad bric está fuertemente implantada conviviendo de forma discreta con los humanos nativos, a los que llaman «Nats», pero además están conectados con otras especies, procedentes de otros planetas paralelos, y aunque la convivencia entre las diversas especies fue complicada al principio, desde hace más de cuatro siglos se estableció una especie de tratado de paz entre todas ellas para poder convivir sin ser descubiertos por los nats.
Sin embargo estas comunidades no están sólo en Ania o Gaia, están en cada uno de los siete mundos que se conectan a través de los portales. Estos otros cinco mundos son Beia, Caia, Doia, Eria y Fuia.
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